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CARTA ABIERTA A GOBERNANTES Y LEGISLADORES
Por la presente, las organizaciones y personas de la sociedad civil de Uruguay abajo firmantes expresamos nuestra más profunda preocupación por la ausencia de políticas efectivas tendientes a la conservación de las últimas áreas representativas del Palmar Butiá Butia capitata en Uruguay.
Es bien conocido que, en pocos años más, de no tomarse medidas urgentes, este ecosistema habrá desaparecido, perdiéndose para siempre todas las riquezas que contiene. Desde hace siglos los renuevos e individuos inmaduros de esta especie no sobreviven, o lo hacen solamente en sitios muy inaccesibles. Desde inicios del siglo pasado se vienen haciendo llamados de atención, por parte de técnicos y especialistas en conservación acerca de la necesidad de tomar medidas para protegerlo. Desde entonces han pasado una tras otra diferentes banderas políticas, infinidad de administraciones y ninguna ha puesto en marcha ninguna política concreta para proteger este patrimonio natural. Hoy tenemos un Sistema Nacional de Áreas Protegidas y el Palmar Butiá sigue estando ausente.
La legislación actual de nuestro país contempla la protección de las palmas tal cual se encuentran hoy, reparando especialmente en individuos. Existen dos leyes que protegen a la palma y al palmar en su conjunto: Leyes Números 9872 del año 1939 y 15939 del año 1987 (Título IV-Capítulo I Artículo 25). Ninguna se ha puesto en práctica hasta el momento.
Si bien estos magníficos ejemplares, verdaderas reliquias naturales, son conocidos y respetados por la población local, tampoco se han tomado medidas de ningún tipo a nivel departamental o nacional para su efectiva conservación.
En el año 1976 la UNESCO declaró a los bañados del Este, que incluyen los palmares Butiá, reserva de biosfera. Estos palmares, por ser un ecosistema único en el mundo se les considera Patrimonio de la Humanidad. Además se hallan en zonas que han sido declaradas sitio Ramsar para la conservación. La Convención sobre los Humedales, firmada en Ramsar, Irán, en 1971, es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y uso racional de los humedales y sus recursos. A pesar de que nuestro gobierno se comprometió internacionalmente a través de estos tratados a proteger estos ecosistemas, nada se ha llevado a la práctica hasta hoy.
Sin embargo, existen varios estudios y emprendimientos llevados adelantes por instituciones públicas y O.N.G´s que han generado abundante información y documentación sobre este ecosistema y sus alternativas de conservación.
Grupo Palmar, Universidad de la República, Casa Ambiental, Club de Leones, Jardín Botánico de Montevideo, ONG Eco-Palmar de Santa Vitoria do Palmar (R.S.), Agrupamiento Sierra Camino y Palmar, ONG Creciendo, PROBIDES, Universidade Federal de Rio Grande, ONG Verde Pampa de Rio Grande do Sul, son algunas de las instituciones que vienen trabajando desde hace décadas en esta problemática. A ésto se suma el trabajo, muchas veces desconocido, de numerosas personas de la sociedad civil que han construído un importante conocimiento sobre el tema.
Éste ecosistema se halla formado también por ejemplares de todas las edades, una alta biodiversidad asociada con una importante carga de fauna y flora, existiendo en él algunas especies raras y escasamente conocidas que viven en absoluta asociación a la palma Butiá.
El palmar, a través del tiempo fue también una fuente importante de recursos económicos para numerosas empresas familiares y aún hoy se siguen obteniendo diversos productos: crin vegetal a partir de la hoja de palma para la elaboración de suelas para zapatillas, para el relleno de muñecas, colchones, asientos y respaldo de sillas y de vehículos, para armar limpia pies o felpudos, para la fabricación de escobillones y para los cilindros de las barredoras mecánicas.También se elaboró aceite de la almendra del coco de Butiá y jabón de coco. Las hojas de palmas se las utiliza para el quinchado de viviendas, graneros y resguardo de ganado. La penca fue y es aún usada como combustible en las cocinas a leña, hornos de campaña y de panaderías. La corteza del tronco de la palma Butiá era muy preciada por los herreros como un buen elemento combustible en las fraguas. También fue utilizado en el medio rural para la construcción de bateas para dar de beber agua o dar de comer ración al ganado. Existen relatos que indican que con el tronco se construían las paredes de galpones y graneros, luego se revocaban de barro. Su parte fibrosa fue un elemento de limpieza de utensilios domésticos, jugando el rol de la esponja de aluminio o de alambre actual. Con el tronco se confeccionaron macetas para plantas ornamentales, y la fibra interior, una vez descompuesta, era usada como un excelente abono orgánico. De los cocos se extraían las almendras para la elaboración del café de coco. La almendra también fue utilizada como alimento de aves y de cerdos, y para consumo humano. El coco también fue un buen combustible en los hogares rurales. Se utilizó además, mezclado con la tierra del cupí (termitero) para construir pisos de viviendas y galpones.Según crónicas que datan de fines del siglo XIX, en el Palmar de la Laguna Negra existió una fábrica que elaboraba aguardiente o vino de palma a partir de la savia extraída de los troncos a través de su cogollo. A esta bebida se le llamó Arak. Actualmente la cultura productiva del palmar se da especialmente en la producción artesanal de diversos productos a partir de su fruto: el Butiá. Entre lo que podemos destacar: miel, licor o caña, vino, helados, jalea, mermelada y salsa que se emplea para aderezar carnes magras. De la almendra se produce el "café de coco" y "licor de almendras". El Palmar Butiá entonces, ha significado y significa un recurso económico muy importante para buena parte de la población. En este sentido existen nuevos y vigorosos emprendimientos productivos que demuestran la utilidad económica actual de este ecosistema. El L.A.T.U., Comuna de Rocha y muchas instituciones no gubernamentales de reconocida trayectoria vienen desarrollando investigaciones y proyectos que apuntan a promover emprendimientos productivos vinculados al Palmar que tienen base en aquellos usos populares que registra la historia.
Los Corrales de Palmas son otros testimonios de los usos del palmar. En la región de Castillos existen cerca de una treintena y hoy son el mudo testimonio de una riqueza cultural productiva cuyos orígenes se establecen allá por el siglo XVIII en la Vaquería del Mar de la Estancia del Rey, El Palmar. Estos corrales forman parte de la riqueza histórica de la zona.
Además, en poco tiempo más ha de cumplirse el centenario del "Palmar de Tiburcio". Hoy es un magnífico ejemplo de dedicación y visión de futuro llevado adelante por un vecino llamado Tiburcio Rocha. Él dedicó buena parte de su vida al trasplante y salvación de gran número de palmas que hoy conforman tal vez, el único ecosistema de Palmar Butiá creado por el hombre.
El Palmar Butiá, forma parte también del patrimonio cultural de nuestra gente, de la identidad de los lugareños a los que se llama “Butiaceros”. Es también objeto de multiplicidad de creaciones artísticas y en ese sentido hay que rescatar la expresión musical que realza la belleza del paisaje y donde el palmar está presente con frecuencia en numerosas canciones.
Por último, creemos que es innegable el valor actual y potencial que éste ecosistema tiene como recurso turístico.
En las primeras décadas del siglo veinte, según crónicas de la época, llamaba la atención la escasez de palmas jóvenes, lo que ya predecía la disminución paulatina de los palmares. Ya, en esa ocasión, se reclamaba al gobierno que actuara urgentemente efectivizando planes de gestión, manejo y conservación. También se puso énfasis en la creación de un Parque Natural con carácter de Monumento Nacional. Nada de eso prosperó. Hoy vemos con honda preocupación la proliferación de inversiones multimillonarias en dólares para desarrollar el sector forestal y no vemos ni una acción concreta por parte del gobierno en la protección efectiva de nuestros palmares. Las últimas áreas de Palmar Butiá siguen dependiendo de la buena voluntad de propietarios particulares y productores.
Estos verdaderos monumentos vivos, patriarcas que resisten y mantienen un patrimonio histórico de todos, difícilmente puedan conservarse eternamente. Del rescate, valoración y registro de la historia que contienen podremos profundizar nuestras raíces, afirmar nuestra identidad y construir nuestro futuro.
Todo un ecosistema, único en el mundo, corre severo riesgo de desaparecer. Toda su carga de diversidad biológica, con todo su potencial farmacéutico, económico, cultural y científico se perderá para siempre si no tomamos las medidas necesarias ya. Creemos que de nuestra conciencia respecto al tema y de la acción responsable del gobierno que nos representa, depende la salvación del palmar.
Por estas razones, las organizaciones ambientalistas de Uruguay y los ciudadanos abajo firmantes instamos al gobierno y a los legisladores a que:
En lo que refiere a la instrumentación de políticas de conservación del Palmar Butiá: 1) designen un grupo multidisciplinario de especialistas que conformen una comisión de trabajo operativa que defina áreas de alta prioridad de conservación y las acciones concretas a desarrollar en cada una de ellas. 2) convoquen para participar de la misma a representantes de la sociedad civil organizada. 3) destinen el presupuesto necesario para la puesta en marcha urgente de las acciones definidas por dicha comisión en aquellas áreas de alta prioridad. 4) Destinen el personal necesario para efectivizar el control de las áreas a conservar y realice los monitoreos ambientales en correspondencia a un área protegida.
Es hora de asumir una actitud responsable y de compromiso a favor de un desarrollo sostenible, y en pleno respeto de los derechos humanos y del medio ambiente en nuestro país.
Giancarlo Geymonat
CASA AMBIENTAL
Por la presente, las organizaciones y personas de la sociedad civil de Uruguay abajo firmantes expresamos nuestra más profunda preocupación por la ausencia de políticas efectivas tendientes a la conservación de las últimas áreas representativas del Palmar Butiá Butia capitata en Uruguay.
Es bien conocido que, en pocos años más, de no tomarse medidas urgentes, este ecosistema habrá desaparecido, perdiéndose para siempre todas las riquezas que contiene. Desde hace siglos los renuevos e individuos inmaduros de esta especie no sobreviven, o lo hacen solamente en sitios muy inaccesibles. Desde inicios del siglo pasado se vienen haciendo llamados de atención, por parte de técnicos y especialistas en conservación acerca de la necesidad de tomar medidas para protegerlo. Desde entonces han pasado una tras otra diferentes banderas políticas, infinidad de administraciones y ninguna ha puesto en marcha ninguna política concreta para proteger este patrimonio natural. Hoy tenemos un Sistema Nacional de Áreas Protegidas y el Palmar Butiá sigue estando ausente.
La legislación actual de nuestro país contempla la protección de las palmas tal cual se encuentran hoy, reparando especialmente en individuos. Existen dos leyes que protegen a la palma y al palmar en su conjunto: Leyes Números 9872 del año 1939 y 15939 del año 1987 (Título IV-Capítulo I Artículo 25). Ninguna se ha puesto en práctica hasta el momento.
Si bien estos magníficos ejemplares, verdaderas reliquias naturales, son conocidos y respetados por la población local, tampoco se han tomado medidas de ningún tipo a nivel departamental o nacional para su efectiva conservación.
En el año 1976 la UNESCO declaró a los bañados del Este, que incluyen los palmares Butiá, reserva de biosfera. Estos palmares, por ser un ecosistema único en el mundo se les considera Patrimonio de la Humanidad. Además se hallan en zonas que han sido declaradas sitio Ramsar para la conservación. La Convención sobre los Humedales, firmada en Ramsar, Irán, en 1971, es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y uso racional de los humedales y sus recursos. A pesar de que nuestro gobierno se comprometió internacionalmente a través de estos tratados a proteger estos ecosistemas, nada se ha llevado a la práctica hasta hoy.
Sin embargo, existen varios estudios y emprendimientos llevados adelantes por instituciones públicas y O.N.G´s que han generado abundante información y documentación sobre este ecosistema y sus alternativas de conservación.
Grupo Palmar, Universidad de la República, Casa Ambiental, Club de Leones, Jardín Botánico de Montevideo, ONG Eco-Palmar de Santa Vitoria do Palmar (R.S.), Agrupamiento Sierra Camino y Palmar, ONG Creciendo, PROBIDES, Universidade Federal de Rio Grande, ONG Verde Pampa de Rio Grande do Sul, son algunas de las instituciones que vienen trabajando desde hace décadas en esta problemática. A ésto se suma el trabajo, muchas veces desconocido, de numerosas personas de la sociedad civil que han construído un importante conocimiento sobre el tema.
Éste ecosistema se halla formado también por ejemplares de todas las edades, una alta biodiversidad asociada con una importante carga de fauna y flora, existiendo en él algunas especies raras y escasamente conocidas que viven en absoluta asociación a la palma Butiá.
El palmar, a través del tiempo fue también una fuente importante de recursos económicos para numerosas empresas familiares y aún hoy se siguen obteniendo diversos productos: crin vegetal a partir de la hoja de palma para la elaboración de suelas para zapatillas, para el relleno de muñecas, colchones, asientos y respaldo de sillas y de vehículos, para armar limpia pies o felpudos, para la fabricación de escobillones y para los cilindros de las barredoras mecánicas.También se elaboró aceite de la almendra del coco de Butiá y jabón de coco. Las hojas de palmas se las utiliza para el quinchado de viviendas, graneros y resguardo de ganado. La penca fue y es aún usada como combustible en las cocinas a leña, hornos de campaña y de panaderías. La corteza del tronco de la palma Butiá era muy preciada por los herreros como un buen elemento combustible en las fraguas. También fue utilizado en el medio rural para la construcción de bateas para dar de beber agua o dar de comer ración al ganado. Existen relatos que indican que con el tronco se construían las paredes de galpones y graneros, luego se revocaban de barro. Su parte fibrosa fue un elemento de limpieza de utensilios domésticos, jugando el rol de la esponja de aluminio o de alambre actual. Con el tronco se confeccionaron macetas para plantas ornamentales, y la fibra interior, una vez descompuesta, era usada como un excelente abono orgánico. De los cocos se extraían las almendras para la elaboración del café de coco. La almendra también fue utilizada como alimento de aves y de cerdos, y para consumo humano. El coco también fue un buen combustible en los hogares rurales. Se utilizó además, mezclado con la tierra del cupí (termitero) para construir pisos de viviendas y galpones.Según crónicas que datan de fines del siglo XIX, en el Palmar de la Laguna Negra existió una fábrica que elaboraba aguardiente o vino de palma a partir de la savia extraída de los troncos a través de su cogollo. A esta bebida se le llamó Arak. Actualmente la cultura productiva del palmar se da especialmente en la producción artesanal de diversos productos a partir de su fruto: el Butiá. Entre lo que podemos destacar: miel, licor o caña, vino, helados, jalea, mermelada y salsa que se emplea para aderezar carnes magras. De la almendra se produce el "café de coco" y "licor de almendras". El Palmar Butiá entonces, ha significado y significa un recurso económico muy importante para buena parte de la población. En este sentido existen nuevos y vigorosos emprendimientos productivos que demuestran la utilidad económica actual de este ecosistema. El L.A.T.U., Comuna de Rocha y muchas instituciones no gubernamentales de reconocida trayectoria vienen desarrollando investigaciones y proyectos que apuntan a promover emprendimientos productivos vinculados al Palmar que tienen base en aquellos usos populares que registra la historia.
Los Corrales de Palmas son otros testimonios de los usos del palmar. En la región de Castillos existen cerca de una treintena y hoy son el mudo testimonio de una riqueza cultural productiva cuyos orígenes se establecen allá por el siglo XVIII en la Vaquería del Mar de la Estancia del Rey, El Palmar. Estos corrales forman parte de la riqueza histórica de la zona.
Además, en poco tiempo más ha de cumplirse el centenario del "Palmar de Tiburcio". Hoy es un magnífico ejemplo de dedicación y visión de futuro llevado adelante por un vecino llamado Tiburcio Rocha. Él dedicó buena parte de su vida al trasplante y salvación de gran número de palmas que hoy conforman tal vez, el único ecosistema de Palmar Butiá creado por el hombre.
El Palmar Butiá, forma parte también del patrimonio cultural de nuestra gente, de la identidad de los lugareños a los que se llama “Butiaceros”. Es también objeto de multiplicidad de creaciones artísticas y en ese sentido hay que rescatar la expresión musical que realza la belleza del paisaje y donde el palmar está presente con frecuencia en numerosas canciones.
Por último, creemos que es innegable el valor actual y potencial que éste ecosistema tiene como recurso turístico.
En las primeras décadas del siglo veinte, según crónicas de la época, llamaba la atención la escasez de palmas jóvenes, lo que ya predecía la disminución paulatina de los palmares. Ya, en esa ocasión, se reclamaba al gobierno que actuara urgentemente efectivizando planes de gestión, manejo y conservación. También se puso énfasis en la creación de un Parque Natural con carácter de Monumento Nacional. Nada de eso prosperó. Hoy vemos con honda preocupación la proliferación de inversiones multimillonarias en dólares para desarrollar el sector forestal y no vemos ni una acción concreta por parte del gobierno en la protección efectiva de nuestros palmares. Las últimas áreas de Palmar Butiá siguen dependiendo de la buena voluntad de propietarios particulares y productores.
Estos verdaderos monumentos vivos, patriarcas que resisten y mantienen un patrimonio histórico de todos, difícilmente puedan conservarse eternamente. Del rescate, valoración y registro de la historia que contienen podremos profundizar nuestras raíces, afirmar nuestra identidad y construir nuestro futuro.
Todo un ecosistema, único en el mundo, corre severo riesgo de desaparecer. Toda su carga de diversidad biológica, con todo su potencial farmacéutico, económico, cultural y científico se perderá para siempre si no tomamos las medidas necesarias ya. Creemos que de nuestra conciencia respecto al tema y de la acción responsable del gobierno que nos representa, depende la salvación del palmar.
Por estas razones, las organizaciones ambientalistas de Uruguay y los ciudadanos abajo firmantes instamos al gobierno y a los legisladores a que:
En lo que refiere a la instrumentación de políticas de conservación del Palmar Butiá: 1) designen un grupo multidisciplinario de especialistas que conformen una comisión de trabajo operativa que defina áreas de alta prioridad de conservación y las acciones concretas a desarrollar en cada una de ellas. 2) convoquen para participar de la misma a representantes de la sociedad civil organizada. 3) destinen el presupuesto necesario para la puesta en marcha urgente de las acciones definidas por dicha comisión en aquellas áreas de alta prioridad. 4) Destinen el personal necesario para efectivizar el control de las áreas a conservar y realice los monitoreos ambientales en correspondencia a un área protegida.
Es hora de asumir una actitud responsable y de compromiso a favor de un desarrollo sostenible, y en pleno respeto de los derechos humanos y del medio ambiente en nuestro país.
Giancarlo Geymonat
CASA AMBIENTAL